Nunca estado casada Olha 46 y.o., de Sumy ID 327191

Soy el director de un gimnasio y una persona para la que un estilo de vida activo y saludable no es solo un trabajo, sino una forma de pensar y un estado de ánimo. Recibí mi formación profesional en la Universidad de Educación Física Makarenko y, desde entonces, el deporte, el movimiento y el trabajo con personas se han convertido en parte integral de mi vida.

Ser director significa no solo gestionar procesos, sino también inspirar a un equipo, ayudar a los demás a alcanzar sus objetivos, crear un ambiente de motivación y apoyo. Me gusta ver cómo, gracias a nuestro trabajo, las personas adquieren más confianza en sí mismas, están más sanas y son más felices. Esto realmente aporta satisfacción y sentido a la vida cotidiana.

Soy disciplinado, orientado a objetivos y, al mismo tiempo, abierto, alegre y vivaz. Puedo combinar el rigor con la buena voluntad, la exactitud con la calidez. Creo que es importante desarrollarse siempre, aprender cosas nuevas y avanzar, no sólo en mi profesión, sino también en mi vida personal.

El fitness, la danza, el pilates y los estiramientos son mi espacio de fuerza y armonía.

Mi pareja ideal es un hombre que sabe cómo cuidar no sólo con palabras, sino también en las acciones cotidianas. Está atento a los detalles, es sensible, sabe escuchar y comprender sin explicaciones innecesarias. Su cariño se demuestra en las pequeñas cosas: en una mirada cariñosa, en el apoyo en el momento adecuado, en la capacidad de estar ahí cuando es realmente importante. Con él te sientes segura, tanto física como mentalmente.

Es activo, ama la vida en todas sus manifestaciones. Un hombre así no se queda quieto - se esfuerza por el movimiento, por el desarrollo, por nuevas impresiones. Los deportes, los viajes, los proyectos interesantes, la comunicación en vivo - todo esto para él es parte de una vida plena y rica. Siempre es interesante y nunca aburrido. Él sabe cómo inspirar y energizar.

Es inteligente - y esto es muy importante para mí. La inteligencia se demuestra no sólo en la educación, sino también en la capacidad de pensar profundamente, analizar, tomar decisiones sabias. Con una persona así se puede hablar de todo: desde nimiedades cotidianas hasta temas complejos de la vida. Respeta las opiniones de los demás, sabe dialogar, se interesa por el mundo que le rodea y nunca deja de aprender cosas nuevas.